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Vale, hay muchas cosas que están mal en esta conversación.
¡¿Cómo que calor en Vitoria en marzo?!
No me sorprende tal confusión del padre.
Ahora en serio, a ver, el tema jersey. Es que no sé si puedo aportar mucho, o sea… ¿hay algo que decir?
¿Es algo normal eso? ¿Decir a los niños que se abriguen?
¿Eso se hace?
No me refiero a niños que aún no hablan. Me refiero a niños que son perfectamente capaces de decirte si tienen frío o no.
¿Dónde está la discusión? Yo no la veo.
En fin, llevémoslo a la biología y a los síntomas, que es lo que importa en estos correos.
En la situación del niño, el padre está haciendo de “experto”. Podríamos llevarlo a esta otra:
Hoy hace calor.
Una mujer está disfrutando del sol bañando su piel.
Es migrañosa.
Más tarde, en la consulta, pregunta a su médico: doctor, puedo dejar de usar gafas de sol?
Voz monótona y mirando al teclado: no, señora, la luz intensa le va a desencadenar migraña.
Los padres pueden crear futuros frioleros.
Los expertos pueden crear futuras personas con síntomas.
Vale, es un sistema complejo y habrá muchos más factores (culturales), pero los cuidadores tienen siempre una gran influencia.
Ahora: ¿o sea que mis padres y los expertos me decían esto y lo otro, y por eso tengo síntomas y ahora estoy jodido para siempre?
No hombre, aquí empieza lo bueno.
Para empezar, a los padres dejémoslos en paz, que no tenían por qué saber biología básica. Bastante difícil es ser padre.
Los expertos sí, los expertos a estas alturas y con todo lo que se sabe ya no tienen disculpa.
Pero pase lo que pase, da igual, porque tiene remedio.
Te han enseñado los síntomas, pero los puedes desaprender.
Ellos tienen sus tareas y tú tienes las tuyas. Y lo bueno es que no necesitas a nadie, puedes desaprender tú.
Además, mira qué bien, que justo a los pioneros en esto (GoiGroup) nos ha dado por crear cursos diseñados para que puedas hacerlo a tu ritmo.
Sentirás muchas cosas desde los primeros vídeos. Comprensión y empatía, para empezar. Qué mínimo.
En los correos te contamos todo: