Nuestros seres queridos pueden ayudarnos o “ayudarnos”

Si estás casado/a, probablemente en la boda os prometisteis algo tipo “en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad…”

Cuando estás en pleno proceso de librarte de síntomas recurrentes, esa promesa se pone a prueba a lo grande.

Es más, es una de esas “pruebas” que, si se resuelven bien, trae relaciones robustas. 

Pero bueno, no hace falta estar casado para lo que te contamos en esta página, era una forma de hablar.

Ni siquiera está dirigido a parejas. También incluye a familiares, amigos, compañeros cercanos. 


Si convives con alguien durante el proceso de librarte de síntomas invalidantes, sabemos que esa persona juega un papel muy importante.

Pero hay un problema: tu compi hace lo que sabe, lo que medianamente puede, pero no tiene herramientas.

Lo intenta, pero no te comprende y os frustráis los dos.

-¿Cómo puede ser que estés tan mal?
-Pues no lo sé, pero lo estoy, créeme.


O más adelante en el proceso…

– ¿Cómo puede ser que estés tan mal?
– Pues mira, te intento explicar más o menos cómo funcionan los síntomas […]
– Venga ya, ¿cómo va a ser eso? No sé, me suena raro. Tantos años con esto… ¿y que ningún médico te haya explicado esto que me cuentas? ¿No te estarás metiendo en una secta?

Mira, qué cabreo. 

Tienes que estar todo el día explicándote. Y por mucho que te expliques, no sabes si te está creyendo al 100%.

No solo si se cree las explicaciones biológicas, sino si realmente “te duele tanto” o es para tanto. 

Las personas con síntomas recurrentes se sienten permanentemente juzgadas por su entorno. 

Por si esta situación no era suficiente… ¿además me tengo que andar justificándome todo el rato?

Eso lleva a la soledad.

Puede que una parte de soledad la tengas cubierta con GoiGroup, pero también necesitas comprensión en casa.

Porque cansa,

cansa,

cansa mucho.

Hay días mejores en los que ves la luz al final del túnel, sabes que este es el camino, que todo va a ir bien. Sientes seguridad.

Pero hay días en los que hay un amago de síntomas que vuelven, una “vuelta atrás” (no lo es). Después de tanto trabajo…

O simplemente, un mal día. Y mañana será otro día, pero mientras tanto, ahí está la tristeza, la sensación de fracaso.

Hay acompañantes que saben navegar estas aguas mejor que otros, pero por mucho tacto que tengan y por mucho que te quieran ayudar, sin una pequeña formación esto es muy difícil de hacer bien.

En esta página te contamos.

Bueno, no. Te lo cuenta un acompañante real, no imaginario:

Soy pareja de una persona que ha sufrido dolor. El dolor comenzó un día, sin ningún motivo aparente. De algún lado tendría que venir, ¿no? Así que nos pusimos manos a la obra, a empezar a crear hipótesis, una y otra y otra… hasta conseguir tener una “narrativa”, explicaciones más o menos coherentes (al menos para nosotros) de cuáles podrían ser los motivos o causas que desencadenaban este dolor.

Como no teníamos nada claro, empezamos por la causa que considerábamos “más probable” y acudimos a su correspondiente especialista. Sí, a su correspondiente especialista pero… habrá que contrastar lo que nos dice, ¿no? Una segunda, tercera, cuarta opinión siempre puede venir bien.

¿Y qué pasa cuando cada opinión es distinta o cuando ninguna resuelve el dolor? Pues nada, está claro, nos equivocamos de especialista. Sigamos con otras disciplinas, otras técnicas, que seguro que hay una cuestión rara, muy muy rara, que se nos está escapando y no dan con ella. Esto nos lleva a un círculo vicioso, lo sabemos, pero, ¿qué otra opción nos queda?

No sabemos cuánto tiempo llevaréis en pleno peregrinaje (porque, aunque tú lo padezcas de forma completamente invalidante, el peregrinaje lo estáis haciendo ambos).

No sabemos cuántos especialistas habrás visitado, cuántas terapias habrás probado.

Sabemos de primera mano lo que conlleva: viajes cancelados, planes cambiados, convivencia que se complica, hobbies abandonados, objetivos de vida que ya no sabes si se cumplirán.

Tú sabes que tiene solución, tú estás en ello.

Ya te lo sabes… es un proceso que se hace a poquitos, y se puede salir de ahí.

¿Te acuerdas de los comienzos? Al principio no acababas de creértelo, empezaste con cautela y un poco de escepticismo.

Y cuando consigues alguna pequeñísima victoria, lo empiezas a tocar con las yemas de los dedos: ¿puede que también me funcione a mí? ¿Podré conseguirlo?


Ya sabes, no es cuestión de si lo conseguirás o no, es cuestión de CUÁNDO lo conseguirás.

Tú ya lo tienes pillao. Falta tu acompañante.

Pero bastante trabajo tienes ya con lo tuyo. Tienes que centrarte en ti y en tu mejoría. 

Nosotras nos encargamos de tu compi. 

Le daremos la tranquilidad de saber lo que está pasando y la certeza de que puedes salir de ahí. Le explicaremos exactamente qué estás haciendo.

Así no se lo cuentas tú, se lo cuentan profesionales sanitarios.

Aunque…

En el ámbito sanitario, el acompañante es invisible

Nosotras también cometíamos ese error. 

En consulta pedíamos a los pacientes que vinieran con su acompañante, eso sí, y desde hace muchísimos años. Solo que no lo habíamos llevado al mundo online.

Pero aquí está: hemos montado una masterclass dedicada exclusivamente a la figura del acompañante: una de las piezas más importantes de todo el proceso. 

“Lo único que tenía claro en esos momentos era una cosa, y de eso no hay duda: mi pareja se moría, así como suena, sin eufemismos, se moría de dolor y no se lo estaba inventando, su sufrimiento lo veía todas las mañanas, tardes y noches. Estaba ahí, con nosotros, y nos estaba privando de vivir.“

(El acompañante de antes. Por cierto, siguen fenomenal los dos.)

Es simple

No nos malinterpretes: la situación es difícil, y lleva mucho tiempo siendo difícil, pero el papel de tu acompañante no tiene por qué serlo. 

Es tener unas nociones básicas, unas herramientas de acompañante, y ponerlas en práctica en el día a día.

No es “hacer más”, más bien es todo lo contrario: hacer poco, pero sabiendo.

Sin mantras prefabricados, ni “tócale aquí y aquí”, ni infusiones mágicas, ni falsa empatía.

Después de tener en consulta cientos de pacientes que venían con acompañante y ver su evolución, conocemos muy bien lo que hay que hacer y lo que no.

Sabemos qué hacer para que no la líe, vamos.

“Ya, como idea es muy simpática, pero no sé si hará la masterclass…”

Piensa que no está hecha para ti, está diseñada para él/ella.

Es decir, una vez dentro, lo importante es el acompañante. 

Obviamente, no podemos saber si la otra persona hará el esfuerzo, pero sí te podemos decir que nos hemos metido debajo de su piel, sabemos cómo se siente y por qué, y sabemos qué decirle y cómo decírselo.

¿Qué sentiste cuando hiciste uno de nuestros cursos de padecientes? En los primerísimos vídeos. Recuérdalo.

Recuerda lo que sentiste cuando Arturo te decía que tu síntoma es real, que todo tiene una explicación…

Esa comprensión, esa empatía.

Pues hemos hecho lo mismo para tu acompañante.

Va a sentir comprensión, empatía, va a ver su papel validado… le va a sentar bien.

Y además, le daremos las herramientas que necesita para vuestra vida diaria.

“Creo que no está en ese punto, porque YO tengo el problema. No creo que acepte que también forma parte del problema y de la solución.”

Cada persona tiene su momento. Al igual que tú tuviste un proceso, incluso para apuntarte a un curso, tu acompañante también tiene su proceso.

Necesita preguntarse si está en su mano modificar algo y si quiere ayuda para ello.

Posiblemente, durante un tiempo estuviste en la queja, en la búsqueda de una solución externa… pues tu compi también tiene que pasar por ahí.

Tu acompañante debe decidir si quedarse en la queja o comprender que se pueden hacer las cosas de otra manera. 

Porque, en definitiva, ambos queréis salir de esta situación. Eso es lo importante.

“Es que le va a entrar la risa”

Posiblemente hayas probado un montón de terapias, tratamientos…

Una vez más, recuerda cuando nos encontraste y pensaste “bueno, otra terapia más, otra cosa que no me hará ni cosquillas”. 

Y de tanto peregrinaje infructuoso, tendrás la rumiación de si todo esto generará una nueva crítica, otro juicio, más burla. 

De todo eso nos encargamos dentro. Sabemos exactamente qué decirle, porque hemos estado con cientos de acompañantes en consulta.

Pero sabemos que quizá lo difícil es que empiece a leer las herramientas.

Te proponemos qué le puedes decir si decides apuntarle a la masterclass

Algo así:

Después de todo este tiempo acompañándome, es posible que sientas desgaste, frustración, impotencia. Incluso soledad e incomprensión.

“¿Cómo me voy a quejar yo, con lo que estás sufriendo tú?”

Ya no sabes qué hacer conmigo, no sabes qué decirme. Hagamos lo que hagamos, el dolor o síntoma vuelve. No hay por dónde cogerlo, la cosa viene y va, mejora, empeora… 

Sé que hemos cancelado viajes, cambiado planes, que la convivencia ha sido difícil a ratos, que compartíamos ese hobby y ahora no podemos, que teníamos unos objetivos de vida y están estancados. 

Tú también sufres, pero no tienes un lugar al que acudir. 

Incluso puede que sientas que no eres nadie. Un abandono, en cierta manera. Yo estoy centrado/a en mi síntoma y todo lo demás pierde foco. Ojalá no fuera así, pero el síntoma reclama toda mi atención. 

Parece que yo ya no soy lo que era. Te prometo que sigo ahí, debajo de una capa de síntomas. Tengo ganas de comerme el mundo, de hacer actividades contigo, y todo eso volverá cuando mejore. 

Igual también te sientes cansado/a, harto/a. Sin fuerzas para seguir luchando por mí. ¿Y si nunca salgo de la situación? ¿Y si esto es para siempre?

Pues bien: he comprendido que lo mío es reversible y que solo necesito tiempo y buena información. Se me ha abierto una puerta y estoy en ello. 

Como acompañante, tienes un papel importante y me puedes ayudar muchísimo. Solo hay que tener en cuenta unas pocas cosas. Son pocas, pero hay que hacerlas bien.

¿Te interesa poder ayudarme de otra manera?

Por lo menos, porfa, léetelo para tener la tranquilidad de saber lo que me está pasando y la certeza de que puedo salir de ahí.

Acompañar, no intervenir

Llevamos muchos años haciéndolo así: si viene un paciente a consulta, le decimos que venga con alguien de su entorno cercano. Al principio suele ser desconcertante.

“¿Qué me querrán contar éstos?”

O la variante con rechazo: “¿pero qué me van a contar a mí? Si yo esto ya me lo sé, no me van a descubrir nada nuevo. Después de tantas terapias no me quedan fuerzas.” 

Es normal. Es complicado volver a “vestirse de guerreros” y librar otra batalla más.

“¿Ein? ¿Cómo que vaya yo? ¿Qué pinto yo ahí?”


Pero siempre salen cosas buenas. SIEMPRE.

Lo primero, porque comprenden lo que le pasa a su ser querido, la biología que hay detrás.

Lo segundo, porque sienten reconocido su papel. Como persona que también está sufriendo y como persona que puede hacer algo. 


Y ahí entra esta masterclass: qué hacer al respecto.

Qué ayuda, qué no, qué decir, qué no decir jamás.

Porque tu compi te intenta ayudar como sabe, como puede, con toda la buena intención, pero muchas veces empeora la situación. O no era el momento correcto.

Hay discusiones, malentendidos. Se generan situaciones muy complicadas a nivel familiar, de amistad o de pareja. Se rompen relaciones, incluso.

Por eso hemos creado la masterclass. Para ayudar con un tema delicado que conocemos bien.

Dentro de la masterclass, tu compi verá…

✅   Herramientas para el día a día que ayudarán enormemente a la persona que está acompañando (a ti), haciendo y diciendo menos cosas que antes.

✅   La razón por la que parece que no te quiere atender, que es egoísta, que te hace el vacío o pasa de ti… y por qué no tiene nada que ver con eso (en la página 3)

✅   Un resumen sobre la neurobiología del dolor (y otros síntomas). Fácil y corto, es el audio de la sección 2.

✅   Una forma de abordar la situación que no solo mejorará los síntomas, sino que muy probablemente aportará mucho a vuestra relación.

✅   Una explicación sencilla de “dónde te has metido” y por qué etapas pasarás (página 5). 

✅   Qué está en sus manos y qué no. Y le daremos propuestas para toda esa parte en la que sí puede hacer algo.

✅   Qué hacer durante las crisis más gordas. Y también en momentos de dolor/síntoma “moderado” (página 17).

✅   Cómo ayudar a romper un bucle cuando ve que entras en uno (página 19).

✅   Los errores más comunes de los acompañantes (que se hacen sin querer y teniendo la mejor intención) que frenan o empeoran el proceso. Cómo evitarlos.

✅   Los dos tipos de miedo que están frenando tu recuperación, y cómo contrarrestarlos con una herramienta sencilla (página 23).

✅   Propuestas para utilizar con “los demás”: los conocidos que saludáis en la calle, otros familiares o amigos cercanos… para que los encuentros dejen de ser una fuente de ansiedad y pasen a ser parte de la solución (página 24).

En definitiva, cómo ayudar a quitar piedras del camino y no ponerlas.

Preguntas frecuentes

¿Para quién es la masterclass entonces, para el padeciente o para el acompañante?

Para el acompañante. La masterclass la hace el acompañante. Solo que normalmente la compra el padeciente para dársela al acompañante. Más abajo te explico.

¿Cómo es esta masterclass? Físicamente, me refiero.

Hay un audio introductorio, un texto de 28 páginas y un audio que explica la biología básica de los síntomas. Contenido online para que tu acompañante te ayude en tu situación. Podríamos haberlo hecho más corto, pero no hemos tenido tiempo.

Tu acompañante tendrá acceso a la plataforma y verá ahí los audios y el texto, como con los cursos, pero más sencillo.

Ese texto… ¿lo podré imprimir?

El audio y texto se consumen en la plataforma, como cuando compras un audiolibro o un libro.

Soy acompañante y mi “persona con síntomas” no conoce la teoría aún… ¿me sirve esta formación?

No. Es imprescindible que la persona conozca bien la pedagogía en neurobiología del dolor (u otros síntomas persistentes). No hace falta que lo haya hecho con nosotros, pero tiene que conocerla bien. 

Soy profesional sociosanitario, ¿me sirve?

Sí.

¿Cuál es la política de devoluciones?

Como con todas nuestras formaciones, no hay devoluciones ni cambios. Si no estás seguro de apuntarte, no lo hagas. Lee bien toda la información de la página web antes de hacer cualquier compra.

Pero, entonces… ¿quién lo compra? ¿El padeciente o el acompañante?

Lo que sea más cómodo. Puede comprarlo el acompañante directamente, puede comprarlo el padeciente y regalárselo al acompañante… Todo vale.

Lo más fácil y ordenado nos parece esto: a la hora de comprar, haz click en “Enviar como regalo”. Ahí podrás poner el correo de tu acompañante y le llegará directamente al correo. Tendrá una cuenta GoiGroup con la masterclass dentro.

¿Merece la pena la inversión?

Si quieres que tu acompañante te comprenda en profundidad, que sepa qué hacer en los momentos difíciles y en casi cualquier situación posible de tu proceso, y que a la vez se sienta también comprendido, sí.

La masterclas del acompañante también me ha ayudado a apreciar lo que mi compañero ha hecho por mí. Y me ha ayudado a tratarme de otra forma.
María José