Cuando era becaria, hace años, fui a visitar a una amiga en Murcia.
Becaria, o sea, pillé el autobús más barato, dormí en el sofá de mi amiga y comimos de supermercado.
Menos el último día.
Atención.
Había que comer cerca de la estación de buses, así que tocaba restaurante.
Nos sentamos en una terraza que tenía tapas baratas, aptas para nuestro bolsillo.
Ya sabes, esa época en la que tienes 24.87€ en la cuenta bancaria a día 21 del mes.
El camarero primero nos habla en inglés, creyendo que somos de por ahí. Mi amiga es enormemente pelirroja.
Luego enseguida nos detecta el acento “del norte”.
Le pedimos cosas que se piden a esa edad: croquetas, queso, patatas. Lo barato del menú, vamos.
Para pasar de 24.87€ a 14.87€ en la cuenta y rezar.
Y nos dice el camarero algo así: “Me habéis caído bien, chicas, ¿os saco unas gambitas para ir picando mientras llega la comida?”
“Ah, pues vale!”
Qué majo.
Nos saca las gambas. Riquísimas.
Comemos el resto de delicias aptas para becarias.
Ya nos vamos, tráenos la cuenta, por favor, y eso.
Nos trae la cuenta:
– Coca Cola 2€
– Agua 1,60€
– Croquetas sepia 5€
– Queso explosivo 2,10€
– Pelochos 2,00€
– Pan 0,90€
– Gamba roja 57€
GAMBA
ROJA
CINCUENTA Y SIETE
EUROS
Sigo teniendo una foto del ticket. Os lo juro por el sistema neuroinmune.
Un genio, el camarero. Gambitas para picar mientras sale la comida, dice el muy fenómeno.
Nos la coló.
Como cuando nos cuelan informaciones falsas.
– Que hay que dormir 7-8 horas.
– Que hay que sentarse recto.
– Que si trabajas demasiado te va a doler.
– Que si te mueves poco te va a doler.
– Que si el estrés, que si las hormonas.
– Que si nosequé curó mal, te va a dar molestias siempre.
Nos la cuelan con mucha alegría.
Bueno.
Puedes creerte esos mitos sin ningún tipo de base biológica y fragilizarte cada día más…
… o puedes empezar a quitarte porquería de encima que solo trae problemas.
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